la necesidad de orar ha sido puesta por Dios, en el espíritu del hombre, aún cuando este no conoce de su palabra. Pero los que le conocen, comprenden la necesidad de orar.
Jesús no enseño a sus discípulos a predicar, pero si les enseñó a orar, y a través de la historia muchos de sus siervos han hecho comentarios acerca de la necesidad de orar.
Samuel Chadwick (1860-1932) dijó: "La única preocupación del diablo es evitar que los santos oren, nada teme al estudio carente de oración, al trabajo carente de oración, a la religión carente de oración, se rie de nuestro afán, se burla de nuestra sabiduría, más tiembla cuando oramos".
Jesús enseñó a sus discípulos a allegarse al Espíritu Eterno no solo como Creador o Hacedor, sino como a un Padre. Carlos Carreto dijo: "La oración es la suma de nuestra relación con Dios, somos lo que oramos, la medida de nuestra fe es la medida de nuestra oración, nuestra habilidad para amar determina nuestra habilidad para orar".
Dios es misericordioso y justo para escuchar nuestra oración, cuando nos presentamos ante Él con humildad, de esta manera podemos obtener su favor y poder ser socorridos en la lucha, librados del odio, rencor, tentación y de muerte espiritual.
Henry Nouwen expresó lo siguiente: "Existen tantas formas de orar como momentos en la vida. Algunas veces buscamos un lugar tranquilo y queremos estar a solas, en otras buscamos a un amigo y queremos estar acompañados... algunas veces queremos expresarlos con palabras, y en otras con un silencio profundo".
"La oración no nos prepara para la obra, es la obra. La oración no nos prepara para la batalla, es la batalla". Fue lo que comento Oswald Chambers.
Orarás a Él y Él te oirá fue lo que le dijeron a Job.
Agustín De Hipona (354-430) comentó: "Haz lo que puedas y luego ora para que Dios te de el poder para hacer lo que no puedes". un claro ejemplo: Esdras.
La oración es más que un mandato es un estilo de vida, recordemos la vida de Daniel, de Elías, la del rey David y también la de la iglesia primitiva.
Abraham Lincon (1809-1865) decía: " En muchas ocasiones he caido de rodillas por la abrumadora convicción de que no tenía otro lugar donde ir. Mi propia sabiduría, y la de todos aquellos a mi alrededor me parecía limitada para el momento".
La oración del justo mueve la mano de Dios, asi que todo lo que pidieres en oración lo recibirás¡¡¡¡¡¡
